La Vida Emerge de la Quietud

La Vida Emerge de la Quietud

Justo después del momento de la concepción (actualmente captado por la ciencia como una explosión de luz), sucede cierto tiempo de Quietud. Es un espacio lleno de sustancia misteriosa, en calma y dinámico a la vez, un espacio donde habita un reino implicado lleno de potencial desde el que surgen los vientos creativos de la vida, obedeciendo a las leyes naturales inmutables. Seguidamente hay un despliegue celular llamado segmentación y cuando la multiplicación celular llega a 64, la Quietud se hace presente de nuevo.. la vida comienza a enseñarnos sobre sí misma.

Nuestras funciones vitales se manifiestan como dinámicas de fuerzas en equilibrio, las mismas que crean las galaxias, los huracanes y todas las formas de vida. En el ser humano estas fuerzas nos impregnan y atraviesan, generando nuestro desarrollo y manteniendo un equilibrio dinámico constante, una armonía orgánica que organiza todos los fluidos y tejidos de nuestro cuerpo. Somos 98% fluido en nuestro desarrollo temprano, y ahora de adultos, los fluidos de nuestro cuerpo siguen gobernando toda nuestra fisiología muy inteligentemente y con total coherencia. Es la Salud operando, nuestro médico interno.

Cada célula respira, o mejor dicho, es respirada por esta fuerza vital, se expande y recoge rítmicamente con una frecuencia lenta y precisa. El baile de la Creación comienza.

concepcion

 Fue el eminente Dr.W. Garner Sutherland, alumno del fundador de la osteopatía Dr. A.T. Still, quien a primeros del siglo XX descubrió que los huesos del cráneo, el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) junto con las membranas o meninges que lo envuelven y conectan con el sacro, tienen un movimiento poli-rítmico e interconectado que es impulsado por la potencia del fluido cerebroespinal. Todo ello forma el sistema craneo-sacral
 Durante cuarenta años estuvo investigando sobre la anatomía y fisiología de lo que el percibía, dándose cuenta de la relación existente de este sistema con la Salud. Desarrolló un método de trabajo para percibir,“escuchar“y colaborar con este baile entre movimiento y quietud, un despliegue que se produce como un holograma en varias dimensiones a la vez, por ejemplo, puede ser percibido también en el campo electromagnético de la persona.
Las improntas de cualquier experiencia abrumadora y no procesada, bien sea física emocional o mental, permanecen contenidas en el cuerpo como una inercia que se manifiesta mas tarde en síntomas, patologías o enfermedad ; muchas veces, queda fijada por la imposibilidad  de acceder al potencial inherente debido a la falta de recursos.
El acceso a la la quietud dinámica es uno de los principios de tratamiento en biodinámica craneosacral, sintonizar con este espacio o nivel de conciencia permite que lo que quedó irresuelto , incompleto o no procesado pueda ser integrado y re.-equilibrado. Como decía el doctor Becker, «la sanación se da en la quietud, no en el movimiento «
Trabajamos sabiendo que dentro de estos patrones de inercia hay Salud disponible, con preparación accedemos al centro del huracán… Salud  e historia se entretejen, las aguas se calman, todo se asienta y como dice Mike Boxhall, “juntos viajamos hacia ese lugar donde no existe ninguna patología”.
Es una experiencia perceptual, una sintonización y un acompañamiento hacia los recursos más profundos que existen en el núcleo de todo desequilibrio sea al nivel que sea. Por eso decimos que la Salud nunca se pierde, solo está invertida conteniendo inercia en los diferentes niveles, puede que sea algo físico, emocional, o algo que ni siguiera recordamos conscientemente porque esta mas allá de nuestra memoria explicita.
Dicho esto, quiero remarcar que nadie puede sanar a nadie, pero si podemos preparar el terreno, crear un contenedor seguro y ceder las riendas a la misma Inteligencia que nos formó  de la nada..
Avrati.
» El movimiento no es la vida. El movimiento es una manifestación de la vida.
  El milagro de la vida se expresa  a través del movimiento y la quietud.
  EL poder de la vida reside en la potencia de la quietud. «
  Dr. Rolling E. Becker
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